En su informe anual sobre drogadicción, el Gobierno italiano subrayó la necesidad de fomentar la despenalización, revisar la ley actual y abandonar el modelo represivo.
El informe de 556 páginas enviado por el Gobierno al Parlamento incorpora con amplitud los debates mantenidos en la Conferencia Nacional sobre Adicciones celebrada en Génova el pasado otoño por encargo de la ministra Fabiana Dadone, responsable de las políticas antidroga.
Y las conclusiones del informe, aunque no son una declaración directa, dejan pocas dudas sobre el apoyo del Gobierno al proyecto de ley sobre la despenalización del cannabis que está estudiando la Asamblea italiana.
En la página 516 del informe, visto por Wired Italia, leemos como «la necesidad de poner en marcha iniciativas» dirigidas a superar el estigma social debido a años de políticas represivas hacia los consumidores, aumentar la integración de competencias entre los profesionales de la salud y las autoridades, desarrollar la participación de todos los implicados en el fenómeno para reducir los riesgos asociados al consumo de sustancias, aumentar el flujo de información para desarrollar mejores políticas, poner en marcha procesos para evaluar la eficacia de las acciones, identificar los recursos necesarios para resolver el problema y, sobre todo, «fomentar la despenalización».
El informe da incluso el método, a saber, «revisar la ley actual pasando de un modelo represivo a otro de gobernanza y regulación social del fenómeno, y eximiendo de persecución penal determinadas conductas ilícitas previstas en el artículo 73, al tiempo que se reexamina el sistema de penas y se excluye la obligatoriedad de la detención en flagrante delito».
Riccardo Magi, presidente del partido Più Europa, explica así a DolceVitaOnline que «estas palabras siguen, con el debido respeto a Salvini y Meloni, los objetivos del proyecto de ley que firmé por primera vez sobre la cultura doméstica».
«De hecho, las sugerencias del informe van incluso más allá que nuestro texto, previendo, por ejemplo, la despenalización de la venta de pequeñas cantidades cuando se realice sin ánimo de lucro. A partir de ahora, la derecha ya no tiene excusas; el Parlamento puede y debe ocuparse de la cuestión y votar. El debate en la Cámara se reanudará en los próximos días, y este es el momento de la verdad. Los electores podrán por fin comprender quién utiliza este asunto con fines propagandísticos y quién lucha seriamente por cambiar las cosas.»
Los partidarios del proyecto de legalización del autocultivo esperan que pueda ser votado en la Cámara de Diputados antes del verano para continuar en el Senado en septiembre, cuando se reanude el parlamento.
