Un reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) ha puesto de manifiesto cambios significativos en las tendencias mundiales de las drogas, destacando el impacto de la legalización del cannabis en Norteamérica y el renovado interés por los psicodélicos con fines terapéuticos.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2024 ofrece una visión exhaustiva de cómo estas novedades están influyendo en los mercados ilegales, los índices de detenciones y los resultados sanitarios, además de explorar patrones más amplios del consumo mundial de drogas y el cambiante panorama de las políticas sobre drogas.
Impacto de la legalización del cannabis
El informe de la ONUDD destaca que la legalización del cannabis en Estados Unidos y en Canadá ha contribuido a reducir el tamaño de los mercados ilegales de cannabis y a disminuir significativamente el número de detenciones relacionadas con el cannabis. Según el informe, «en algunas jurisdicciones, el tamaño del mercado ilegal de cannabis parece estar reduciéndose, y en Estados Unidos, el número y la tasa de personas detenidas por delitos relacionados con el cannabis [parece] estar disminuyendo».
A pesar de los efectos positivos sobre los mercados ilegales y los índices de detenciones, el informe también destaca la persistencia de disparidades raciales en las detenciones por cannabis. Además, la legalización ha propiciado la aparición de nuevos productos derivados del cannabis, como vapes, concentrados con alto contenido en THC y edibles, que suscitan preocupación por su consumo entre los jóvenes y sus efectos sobre la salud.
La disponibilidad de estos productos tras la legalización puede haber aumentado los efectos nocivos del cannabis para la salud, especialmente entre los adolescentes. El informe señala un aumento de los ingresos hospitalarios relacionados con el cannabis, incluidos casos de psicosis y síndrome de abstinencia, que afectan de forma desproporcionada a los adultos jóvenes.
El renacimiento psicodélico
Una parte importante del informe está dedicada al llamado «renacimiento psicodélico«. La ONUDD constata un renovado interés por el potencial terapéutico de diversas sustancias psicodélicas en el tratamiento de trastornos mentales. Este interés se ha traducido en numerosos ensayos clínicos y ha dado lugar a cambios políticos que autorizan el uso cuasi terapéutico de psicodélicos en algunas jurisdicciones estadounidenses, así como su uso médico en Australia y Canadá.
El informe destaca que el movimiento para legalizar los psicodélicos está impulsado más por el deseo de un uso terapéutico no supervisado en los ámbitos de la salud mental, la atención plena, la espiritualidad y el bienestar general. Esta tendencia representa un cambio del uso tradicional por parte de las comunidades indígenas a un floreciente interés comercial por los psicodélicos.
Consumo mundial de drogas y lagunas en el tratamiento
A nivel mundial, el cannabis sigue siendo la droga más consumida, con unos 228 millones de consumidores, es decir, casi el 4% de la población mundial. En Norteamérica, casi una de cada cinco personas de entre 15 y 64 años consumió cannabis en 2022. El informe también señala que los enfoques reguladores del cannabis medicinal varían de un país a otro y que las pruebas de eficacia para determinadas afecciones son limitadas.
El informe de la ONUDD señala que las nuevas formas de administración de drogas están teniendo un impacto negativo en los jóvenes, con un aumento del consumo regular de cannabis mediante vapeo entre los adolescentes de América del Norte. El informe también señala que el consumo nocivo de cannabis entre los adolescentes sigue siendo motivo de preocupación en muchas regiones.
Uno de los problemas más acuciantes que destaca el informe es la creciente brecha entre el número de personas que padecen trastornos por consumo de sustancias y las que reciben tratamiento. En 2022, solo una de cada once personas que sufrían trastornos por consumo de sustancias recibió tratamiento en todo el mundo, una cifra inferior a la de 2015. Las brechas en el tratamiento son mayores en África y Asia, y la cobertura es menor entre las mujeres de todas las regiones.
La guerra contra las drogas y los derechos humanos
El informe de la ONUDD llega tras los crecientes llamamientos para poner fin a la guerra mundial contra las drogas. Un reciente documento de la ONU centrado en los derechos humanos insta a los Estados miembros a abandonar las políticas punitivas en materia de drogas en favor de estrategias de reducción de daños como la despenalización, los lugares de consumo supervisado, el control de las drogas y la disponibilidad de fármacos que reviertan el proceso de sobredosis, como la naloxona.
Tlaleng Mofokeng, relatora especial de la ONU sobre el derecho a la salud, subrayó la necesidad de pasar del derecho penal a un enfoque del consumo de drogas y de los trastornos causados por el consumo basado en los derechos humanos, en la evidencia y en la compasión. Amnistía Internacional también ha abogado por la legalización de todas las drogas, al considerar que es necesario un enfoque de la regulación basado en la salud y la reducción de daños.
Impactos medioambientales y sociales
La guerra mundial contra las drogas no sólo ha socavado los derechos humanos, sino que también ha contribuido a la destrucción de ecosistemas críticos. Una coalición internacional de grupos de defensa afirmó que la prohibición de las drogas socavaba los esfuerzos para abordar la crisis climática. Además, los relatores especiales de la ONU han señalado que la guerra contra las drogas tiene un impacto desproporcionado en los grupos marginados, las minorías y los pueblos indígenas, y a menudo está vinculada a la discriminación y la pobreza.
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