El cannabis en California

El resurgimiento del THCV en el mercado californiano del cannabis

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En 1970, investigadores de la Universidad de Oxford dieron con un compuesto del cannabis que permanecería envuelto en el misterio durante décadas: tetrahidrocannabivarina (THCV).

El THCV ha adquirido un estatus mítico entre los entusiastas del cannabis debido a su rareza y a los efectos psicodélicos que se le atribuyen en dosis elevadas en ciertas variedades autóctonas africanas. Sin embargo, los recientes avances en el mercado legal del cannabis en California han eliminado el enigma que rodeaba al THCV y lo han hecho más accesible que nunca.

El cambiante panorama del THCV en California

Siendo California uno de los mayores mercados de cannabis de EE.UU., no es de extrañar ver cómo el THCV se va introduciendo poco a poco en su mercado, con un notable aumento de los productos infusionados con THCV. La legalización federal del cáñamo en 2018 ha desempeñado un papel clave en la ampliación de la disponibilidad de cannabinoides sintéticos, incluido el THCV producido en laboratorio. Pero también porque las empresas cannábicas han hecho avances significativos en el cultivo de plantas naturalmente ricas en THCV, satisfaciendo la demanda de este escurridizo compuesto.

Algunas marcas como Kiva, conocida por sus barritas de chocolate con cannabis, comercializan ahora diferentes productos a base de THCV en forma de gominolas, denominadas «Focus» y «Energy». Estos productos combinan THCV con THC y otros ingredientes energéticos como vitaminas del grupo B, L-teanina y cafeína.

La ciencia detrás del THCV

Entender la ciencia que hay detrás del THCV ayuda a comprender mejor sus efectos potenciales. A diferencia del THC, que activa parcialmente un receptor específico asociado a procesos como la memoria y el dolor, el THCV parece tener el efecto contrario, desactivando este receptor. Esto podría explicar los efectos «anti-high» de los que se ha informado, como el aumento del estado de alerta y la reducción del hambre. Ensayos clínicos limitados sugieren que el THCV puede reducir la pérdida de memoria a corto plazo y provocar sensaciones «energéticas».

En el aspecto puramente médico, el THCV plantea algunas posibilidades intrigantes. Los estudios realizados en roedores indican que el THCV puede reducir el apetito, el peso corporal y los niveles de glucosa en reposo, lo que sugiere su potencial en el tratamiento de trastornos metabólicos como la diabetes. Aunque prometedor, es esencial subrayar que se carece de resultados concluyentes sobre los efectos del THCV en humanos debido a la escasez de estudios en profundidad.

A pesar de sus beneficios potenciales, el THCV tiene un precio elevado, diez veces superior al del THC convencional. Nicole Daryanani, directora de ventas de Kiva, reconoce el elevado coste, pero señala que el suministro constante de Phylos Bioscience, una empresa de cultivo con sede en Oregón, ha contribuido a la afluencia de productos de THCV a California.

Phylos Bioscience es una empresa clave en el mercado del THCV, que cría plantas de cannabis con una potencia sin precedentes del 20% de THCV. El consejero delegado de la empresa, Ralph Risch, explica que se centran en los beneficios energéticos y motivadores, para satisfacer las necesidades de los consumidores que buscan algo más que un subidón tradicional. Phylos incluso está financiando un ensayo clínico en California para desentrañar los misterios de los efectos del THCV en humanos, cuyos resultados se esperan para principios de 2024.

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