En los últimos años, Japón ha cambiado gradualmente su postura sobre el Cannabis y los productos basados en CBD.
A pesar de este enfoque cauteloso, el gobierno del país ha decidido actualizar los límites de THC para los productos a base de CBD, al tiempo que criminaliza el consumo de Cannabis.
Nuevas sanciones penales por consumo de cannabis en Japón
El Japón va a endurecer aún más su postura ante el consumo de cannabis.
El 12 de diciembre de 2024, el país aprobará nuevas leyes que criminalizarán el consumo personal de cannabis, imponiendo penas de prisión de hasta siete años para los infractores. Hasta ahora, Japón se ha centrado tradicionalmente en prohibir la posesión y el cultivo, sin penalizar el consumo personal.
Según Kyodo News, el cambio se debe en gran medida a la creciente preocupación por el abuso de drogas, especialmente entre los jóvenes. Las autoridades creen que el endurecimiento de las penas tendrá un efecto disuasorio y reforzará el enfoque japonés de tolerancia cero frente al consumo de drogas.
La decisión coincide con la llegada de algunos productos medicinales a base de cannabis.
Límites de THC más estrictos del mundo en Japón
El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar (MHLW) de Japón mantiene desde hace tiempo una postura estricta respecto al cannabis y sus derivados.
En 2023, el Gobierno japonés aprobó un proyecto de ley para modificar la Ley de Control del Cannabis, de 75 años de antigüedad, allanando el camino para una regulación más detallada de los productos CBD. Tras el periodo de consulta pública iniciado en mayo de 2024, han surgido nuevas directrices, incluidos los límites de THC en los productos CBD, que siguen siendo de los más restrictivos del mundo.
el Dr. Yuji Masataka, especialista japonés en cannabis medicinal, destacó el impacto que estas regulaciones tendrían en la industria, describiéndolas como unas de las «más estrictas del mundo» y un freno potencial al crecimiento del mercado. Inicialmente, el Gobierno había propuesto severas restricciones, lo que hacía temer que el mercado se decantara por productos basados en aislados, eliminando el efecto de entorno, es decir, la interacción sinérgica de varios compuestos del cannabis que potencia los efectos terapéuticos.
Los nuevos límites son los siguientes
- Productos a base de aceite y polvo: 10mg/kg o 0,001% (10ppm) de THC.
- Productos a base de aceite y polvo: 10mg/kg o 0,001% (10ppm) de THC
- Soluciones acuosas: 0,10mg/kg o 0,00001% (0,1ppm).
- Soluciones acuosas: 0,10mg/kg o 0,00001% (0,1ppm)
- Otros productos, incluidos los alimentos: 1mg/kg o 0,0001% (1ppm).
Aunque ha habido algunos ajustes, como el aumento del umbral para materias primas como el polvo aislado de 1ppm a 10ppm, estas nuevas normativas siguen planteando retos importantes.
El doctor Yuji Masataka, experto japonés en cannabis medicinal, señaló a Business of Cannabis que, aunque el cambio era un «paso importante en la dirección correcta», era poco probable que provocara cambios significativos en los productos que se comercializan actualmente.
Estas limitaciones podrían provocar un incremento de los precios de los productos, debido principalmente al incremento de los costes de analizar los niveles de THC utilizando equipos de última generación como cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) y espectrómetros de masas (MS).
Además, el Dr. Masataka advirtió de la posible proliferación de productos cannabinoides sintéticos, que podrían crear nuevas complicaciones para los reguladores.
Con restricciones tan estrictas, adiós a los productos de espectro completo. Como señaló el Dr. Masataka, esto podría llevar a que productos basados en aislados dominaran el mercado, reduciendo la eficacia de los productos de CBD disponibles debido a la pérdida de efecto ambiental.
Los grupos de pacientes, muchos de los cuales utilizan productos de CBD para tratar la epilepsia y otras enfermedades, han expresado su preocupación por la nueva normativa. Una petición lanzada por pacientes que se oponen a los límites ha reunido más de 35.000 firmas, subrayando la necesidad de una revisión.
El gobierno ha respondido planificando un ensayo clínico para garantizar que los pacientes con epilepsia refractaria puedan seguir utilizando productos derivados del cannabis de forma legal y segura. Sin embargo, en el sector persisten preocupaciones más generales, como el riesgo de ensayos fraudulentos y la dificultad de realizar controles aleatorios de todos los productos del mercado.