Los legisladores europeos están presionando a la Comisión Europea para que eleve el contenido máximo «permitido» de THC (véase más abajo) en el cáñamo industrial al 0,5%, con el fin de armonizar la legislación europea y proteger al sector de medidas nacionales cada vez más restrictivas.
Aunque todavía no es vinculante, esta iniciativa demuestra un fuerte impulso dentro de las instituciones europeas para clarificar un mercado regularmente perturbado por la inseguridad jurídica.
Se prepara una norma unificada para el cáñamo
A principios de este mes, la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo (AGRI) pidió a la Comisión Europea que «confirmara explícitamente» la legalidad del cáñamo y estableciera una clasificación común en toda la UE para este cultivo. En concreto, recomendó elevar el contenido máximo «permitido» de THC del 0,3% al 0,5%, lo que, en opinión de muchas partes interesadas, reflejaría mejor la realidad científica y agrícola actual.
Para ser justos, la Comisión Europea no está estableciendo un límite legal de THC para el cáñamo, sino que está fijando un nivel máximo de THC por encima del cual un cultivo ya no puede beneficiarse de las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC). Cada Estado miembro es libre de fijar su propio límite legal, que suele coincidir con el utilizado para determinar la posibilidad de acogerse a las subvenciones europeas.
«El objetivo es ofrecer seguridad jurídica a agricultores, transformadores e inversores», declaró Cristina Guarda, eurodiputada italiana de Los Verdes y una de las promotoras de la enmienda.
Junto con Luke Ming Flanagan (La Izquierda, Irlanda) y Barry Cowen (Renovación, Irlanda), Guarda insertó una redacción específica en la posición de la comisión AGRI para la próxima PAC, el multimillonario mecanismo de financiación de la UE para la agricultura.
El respaldo de la comisión proporciona apoyo institucional a una antigua reivindicación de los productores europeos de cáñamo. La propuesta pretende eliminar las diferencias entre Estados miembros y establecer protecciones legales para los cultivadores, especialmente en el contexto de las recientes medidas represivas, sobre todo en Italia.
Una respuesta a la represión italiana
Esta iniciativa legislativa sigue a una controvertida decisión del Gobierno italiano. En abril, el gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni emitió un decreto que clasificaba las flores de cáñamo como estupefacientes, criminalizando su producción y venta.
El decreto supuso un duro golpe para el sector del cáñamo italiano, cuyo valor estimado por el grupo comercial Coldiretti es de 500 millones de euros y representa a más de 3.000 explotaciones. Desde entonces, la decisión ha sido impugnada ante los tribunales y ampliamente condenada en toda Europa.
En un reciente dictamen jurídico, el más alto tribunal administrativo de Italia cuestionó la legitimidad de la prohibición. Sostuvo que «la prohibición repentina de cosechar las inflorescencias de un cultivo agrícola autorizado desde hace años, que afecta a un mercado incluso fomentado por la UE, violaría el principio de libertad de iniciativa económica».
Zonas grises legales en la UE
La fragmentación de la normativa sobre el cáñamo en la UE es desde hace tiempo un quebradero de cabeza para las empresas. Aunque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó en 2020 que el CBD derivado del cáñamo no es un estupefaciente y puede comercializarse libremente en toda la Unión, su aplicación sigue siendo incoherente.
Francia es un ejemplo de ello. Tras prohibir inicialmente las flores de cáñamo, fue rebatida por el Conseil d’Etat para finalmente abandonar cualquier idea de regulación del mercado y dejar en manos de la DGCCRF y los tribunales la elaboración de una apariencia de normativa al albur de las sentencias judiciales.
Al mismo tiempo, Alemania, la República Checa y Austria han adoptado enfoques diferentes sobre los límites de THC y la venta de flores, contribuyendo a un mosaico jurídico que socava la cohesión del mercado.
Según el eurodiputado Guarda, un cambio a escala de la UE de los umbrales de THC «anularía inmediatamente la prohibición nacional sin esperar a que entre en vigor la nueva PAC en 2028».
Para acelerar la reforma, Guarda y otros legisladores también impulsan cambios en la organización común de mercado (OCM), que definiría legalmente el cáñamo incluyendo flores y derivados, no sólo semillas y tallos.
Los argumentos a favor de un umbral de THC del 0,5%
El límite del 0,5% de THC propuesto no carece de precedentes. Hasta 1984, el cáñamo europeo podía contener hasta este nivel. Pero en el marco de un endurecimiento de la política antidroga, este umbral se redujo gradualmente hasta el 0,2% en 1999 bajo el impulso de Interchanvre y Hemp It, que trabajaban en variedades con 0% de THC. En 2021, los legisladores acordaron elevarlo al 0,3%, alegando falta de justificación científica para el límite inferior.
Los partidarios de un límite del 0,5% argumentan que proporcionaría una flexibilidad muy necesaria para los agricultores, sobre todo porque los niveles de THC pueden variar en función de factores naturales como la composición del suelo y las condiciones meteorológicas. Además, los niveles de CBD tienden a aumentar en proporción al THC, lo que significa que un umbral más alto permitiría una extracción más eficiente del cannabidiol, reduciendo los residuos y mejorando los beneficios económicos.
El comité AGRI también señaló que la relajación de la restricción del THC podría abrir «nuevas oportunidades económicas» a lo largo de toda la cadena de valor del cáñamo, desde aplicaciones en fibras y alimentos hasta productos de bienestar y cosméticos.
La industria pide armonización
Las asociaciones europeas de la industria llevan tiempo advirtiendo de que si los límites de THC no se abordan a escala europea, medidas nacionales como las adoptadas por Italia podrían generalizarse, desalentando a los inversores y amenazando las cadenas de suministro.
«Sin una política armonizada sobre el cáñamo, Europa corre el riesgo de frenar un cultivo que tiene claros beneficios medioambientales y económicos y que ya goza de una amplia aceptación entre los consumidores», reza una declaración del sector en respuesta a la recomendación del comité AGRI.
Países como Suiza, la República Checa y México ya permiten cultivos de cáñamo que contengan hasta un 1% de THC, mientras que Estados Unidos mantiene un límite del 0,3% a pesar de las propuestas del 1%. Los partidarios argumentan que la UE debe adaptarse o quedarse atrás en un mercado mundial en rápida evolución.
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