El martes por la tarde, el Presidente de la Polinesia Francesa, Moetai Brotherson, se reunió con Karl Anihia, de la asociación Tahiti Herb Culture, Philippe Cathelain, Presidente de la Union Polynésienne du Chanvre, así como con farmacéuticos y médicos para hablar de los avances en la legislación sobre el cannabis, que es uno de los temas de campaña del partido Tavini. La reunión se centró en cuatro ejes de acción, con el objetivo de redactar una nueva ley para «finales de mes» según Tahiti Infos.
«Es una reunión que esperábamos desde hace mucho tiempo. El Presidente Fritch y yo ya nos habíamos dirigido a él varias veces, pero nunca obtuvimos respuesta. Ahora, una simple petición a Moetai [Brotherson] y nos recibirá en cuanto regrese de su misión, lo que demuestra su compromiso con este asunto. Es muy consciente de la urgencia para las personas que están enfermas y no pueden soportarlo más. Así que sí, estamos muy satisfechos. Nos han escuchado con mucha atención, con mucho pragmatismo», explicó Karl Anihia tras ser recibido por el Presidente Brotherson y su Ministro de Agricultura, Taivini Teai.
El orden del día incluía debates sobre el cannabis medicinal, así como otros temas como el cáñamo industrial, el CBD, el CBD local (como el monoi, un aceite con infusión de cáñamo que ya se vende en Polinesia) y el proyecto de ley nacional sobre el cannabis recreativo.
Antes de ser elegido Presidente, el entonces diputado Moetai Brotherson presentó a la Asamblea Nacional un proyecto de ley orgánica sobre la experimentación de la regulación social del cannabis en la Polinesia Francesa, que proponía la creación de Clubes de Cannabis, asociaciones sin ánimo de lucro destinadas a reunir a los usuarios para cultivar cannabis para uso personal. El texto fue remitido a la Comisión de Derecho Constitucional y allí ha permanecido desde entonces.
La reunión del martes sirvió sobre todo para establecer un calendario, ya que las asociaciones deberán incorporarse a los grupos de trabajo dentro de quince días. Esta colaboración supone un avance significativo con respecto al Gobierno anterior. Karl Anihia explicó que el primer proyecto se centrará en el cáñamo industrial y sus salidas como material de construcción, textil, etc. El objetivo es producir localmente lo que actualmente se importa, como champús a base de cáñamo. Las asociaciones implicadas cuentan claramente con el apoyo de los profesionales de la industria cosmética, que están deseosos de participar.
El debate sobre el uso recreativo será complicado de antemano, advirtió Moetai Brotherson, dejando claro «que no podía ir más allá de lo que Francia autoriza», a pesar de que el consumo de cannabis está muy extendido en el archipiélago, donde el 50% de la población polinesia mayor de 15 años consume cannabis.