Marruecos informó de que su primera cosecha legal de cáñamo en 2023 ascendió a 294 toneladas, un año después de que el país aprobara su cultivo y exportación con fines medicinales e industriales.
Esta impresionante cifra, que a nuestro entender agrega el peso de plantas enteras cosechadas, procede de las zonas autorizadas de Chefchaouen, Taounate y Al Hoceïma. Esta primera cosecha ha sido llevada a cabo por 32 cooperativas en las que participan 430 agricultores que cubren 277 hectáreas, según la Agencia Nacional de Regulación de las Actividades del Cannabis (ANRAC).
El año pasado, el reino recibió 54 permisos de exportación. Hasta ahora, dos unidades legales de procesamiento de cannabis están en funcionamiento y otras dos están a la espera de equipamiento, mientras que 15 productos a base de cannabis están en proceso de autorización para uso médico, añadió la ANRAC.
Este año, el organismo regulador está examinando las solicitudes de 1.500 agricultores que se han organizado en 130 cooperativas, añadió la ANRAC, que informó de que el cultivo de Beldia, una variedad local resistente a la sequía, comenzó este mes.
Marruecos es famoso desde hace mucho tiempo por su producción de cannabis, con amplias zonas de la región montañosa del Rif, en el norte del país, dedicadas a este cultivo. Sin embargo, hasta hace poco, el cultivo de cannabis con fines recreativos seguía siendo ilegal. A pesar de ello, la industria del cannabis ha florecido, aunque en la sombra.
Legalización y regulación
La legalización del cultivo de cannabis en Marruecos supone un cambio de paradigma en el enfoque del país. Al legalizar y regular el sector, Marruecos pretende aumentar los ingresos de los agricultores, luchar contra el tráfico ilegal de drogas y aprovechar el potencial del mercado mundial de cannabis. La medida también pretende proteger a los agricultores que durante mucho tiempo han dependido del cultivo de cannabis como principal fuente de ingresos.
Con la creación de cooperativas legales de cannabis, los agricultores pueden ahora operar dentro de un marco regulado, garantizando prácticas justas y estabilidad económica. Además, el paso al cultivo legal allana el camino a la innovación y la diversificación dentro de la industria del cannabis, centrándose en las aplicaciones medicinales e industriales.
El paso de Marruecos hacia el cultivo legal de cannabis refleja tendencias globales más amplias hacia la legalización del cannabis. Países como Alemania, Luxemburgo, Malta, pero también Suiza, han legalizado recientemente la totalidad o parte del cannabis con fines recreativos.
