La semana pasada, la Comisión de Asuntos Jurídicos y Constitucionales del Senado australiano celebró su primera audiencia sobre la legalización del cannabis para uso de adultos.
Los legisladores escucharon en Brisbane argumentos a favor y en contra del Proyecto de Ley de Legalización del Cannabis 2023 propuesto por el senador verde David Shoebridge. Esta última prevé la creación de la Agencia Nacional de Cannabis de Australia, un organismo estatutario encargado de registrar las variedades de cannabis y regular las actividades relacionadas con el cannabis, y permitiría a los australianos cultivar seis plantas en casa. También se permitirían los Cannabis Cafés.
Australia legalizó el cannabis medicinal en 2016, y ha surgido una especie de mosaico legislativo en los ocho estados australianos en lo que respecta a las sanciones por consumo no medicinal.
Varias perspectivas sobre la legalización del cannabis
Los partidarios de la legalización del cannabis argumentan que la prohibición no ha logrado frenar su consumo y ha llevado a una aplicación desproporcionada de la ley, con un impacto particular en las comunidades marginadas.
Greg Barns, ex presidente de la Australian Lawyers Alliance, subrayó la necesidad de abordar las disparidades en la actuación policial y destacó la incoherencia de criminalizar el cannabis mientras el alcohol sigue siendo legal. Citó ejemplos internacionales, como Canadá y algunos estados de EE.UU., donde la legalización ha dado resultados positivos y ha reducido la criminalización.
Malini Sietaram, consejera delegada de Ganjika Pty Ltd, presentó una perspectiva empresarial, destacando los retos a los que se enfrentan los empresarios del sector del cannabis medicinal debido a las limitaciones normativas. Sietaram hizo hincapié en la necesidad de un marco regulador que promueva la innovación y la inclusión, en particular de los grupos infrarrepresentados.
También se expresó preocupación por los posibles efectos sanitarios y sociales de la legalización del cannabis. La Asociación Médica Australiana ha expresado sus reservas, citando pruebas insuficientes para apoyar la legalización recreativa y destacando el riesgo de la automedicación sin supervisión médica. Además, el Ministerio del Interior ha planteado problemas operativos, como el control fronterizo y la aplicación de las normas aduaneras.
La opinión pública australiana está dividida sobre la legalización del cannabis, y las encuestas muestran distintos niveles de apoyo. Aunque parece haber una creciente aceptación de la legalización del cannabis, sobre todo entre los jóvenes, sigue habiendo una fuerte oposición. El 50% de los australianos está a favor de legalizar el cultivo doméstico, mientras que el 31% se opone y el 19% no está seguro. La despenalización goza de mayor apoyo (54%).
El destino del Legalising Cannabis Bill 2023 sigue siendo incierto, ya que carece de un amplio apoyo político y se enfrenta a la oposición de los principales partidos, incluido el partido gobernante y la Australian Medical Association.
