La Autoridad para el Uso Responsable del Cannabis (ARUC), a través de su director Joey Reno Vella, ha anunciado que no limitará el número de Clubes de Cannabis en la isla.
El Sr. Vella argumenta que tal limitación no beneficiaría a los usuarios, ya que una mayor competencia entre asociaciones garantiza un producto de mejor calidad. Según él, «un mayor número de asociaciones permitiría una mayor competitividad, lo que garantizaría un mejor producto», lo que está en línea con el objetivo primordial de la reforma, que es proteger a los consumidores.
Vella subrayó que la ARUC no promueve el cannabis, sino que apuesta por ofrecer un acceso seguro y legal a quienes decidan consumirlo.
Reconociendo el gran número de consumidores recreativos, Vella insiste en que es necesario un mercado regulado para protegerlos de los peligros del mercado ilícito, que a menudo prioriza el beneficio sobre la seguridad del usuario y la calidad del producto.
Regulación en marcha
Mientras que el primer club maltés abrió sus puertas en enero, la CURA ha expedido ya ocho licencias operativas y varias licencias en principio.
Desde la implementación del proceso de concesión de licencias, la CURA ha encontrado algunos problemas menores de cumplimiento dentro de las asociaciones, sobre todo en relación con la eliminación de residuos o la presentación de solicitudes para abrir su Club, que fueron rápidamente resueltos por la CURA.
El Sr. Vella también expresó su satisfacción a nuestros colegas Independientes por el cumplimiento de las normas por parte de las asociaciones, señalando que no se han producido infracciones significativas y que el nivel de cumplimiento es elevado.
Uno de los principales retos a los que se enfrenta la CURA es la regulación de las entidades comerciales que anuncian productos de cannabis. El mandato de la CURA es supervisar a las asociaciones sin ánimo de lucro, no a las empresas comerciales, lo que podría dar lugar a un trato desigual, ya que las tiendas comerciales de CBD suelen realizar actividades de marketing que están prohibidas a las asociaciones.
El Sr. Vella reconoce esta disparidad y está trabajando con las partes interesadas para abordarla, garantizando una clara delimitación entre las entidades sin ánimo de lucro y las comerciales.
Focalización en la reducción de riesgos
El CURA ha reforzado el enfoque en la reducción de riesgos, exigiendo a las asociaciones que organicen reuniones más frecuentes y educativas con sus miembros que permitan a los consumidores compartir sus experiencias y recibir información sobre prácticas de consumo seguras. Además, las enmiendas exigen ahora que los puestos clave de las asociaciones estén ocupados por empleados a tiempo completo, lo que garantiza una gestión meticulosa del proceso de producción, desde el cultivo hasta la distribución.
Para reforzar el sentido de comunidad dentro de las asociaciones, el CURA ha introducido cambios en las directrices de gobierno y administración. Estos cambios aclaran que las asociaciones pertenecen a sus miembros y no a sus fundadores. Las elecciones anuales permiten a los miembros expresar sus opiniones y participar en los cambios de gestión, lo que fomenta un sistema de controles y equilibrios que antepone los intereses de los miembros al beneficio personal.
La CURA también ha evolucionado su regulación para mejorar la seguridad y la calidad de los productos del cannabis, incluyendo el establecimiento de puntos de referencia para la calidad del producto, la obligación de cultivar en interiores o en un entorno controlado para evitar plagas y elementos externos, y la garantía de que el agua utilizada para el cultivo se somete a pruebas de calidad. El objetivo es garantizar que el producto puesto a disposición de los consumidores sea seguro y esté libre de los riesgos asociados al mercado ilícito.
