Aunque el gobierno checo finalmente dejó de prohibir los productos con CBD a principios de este año, un proyecto de ley sometería a estos productos a estrictas restricciones. El proyecto de ley del gobierno que modifica, entre otras cosas, la Ley 167/1998 Coll. sobre sustancias adictivas, pretende restringir severamente esta venta más o menos libre de kratom y CBD.
Definición de 2 sustancias
La legislación propuesta separa las «sustancias psicomoduladoras» de las «sustancias psicoactivas».
El CBD se considera una sustancia psicomoduladora, es decir, una sustancia que modifica o modula el sistema nervioso central. Estas sustancias presentan un bajo riesgo de efectos negativos para la salud o la sociedad y no están incluidas en las listas internacionales de drogas, por lo que su regulación queda a discreción de cada país.
En diciembre de 2020, la Comisión Europea decidió que el CBD no era un estupefaciente y que, en ocasiones, podía clasificarse como alimento si cumplía las disposiciones pertinentes de la legislación alimentaria de la UE. La sentencia también establecía que los productos con CBD debían disfrutar de la misma libre circulación de mercancías entre los Estados miembros que otros productos legales.
El kratom se considera una sustancia psicoactiva en el sentido de la medida propuesta, es decir, una sustancia «cuyos riesgos para la salud no pueden excluirse sobre la base de los conocimientos científicos actuales». Sin embargo, no se considera una droga según los convenios internacionales.
La lista de sustancias que estarán sujetas a restricciones de venta la establece la normativa gubernamental. El Gobierno introduce este método de regulación para poder reaccionar con rapidez y eficacia ante cualquier nueva sustancia psicoactiva que aparezca en el mercado. Según el ministro Bartoš, se trata de una «regulación innovadora y funcional para este grupo de sustancias».
Más normas sobre el CBD
El CBD se vende prácticamente en todas partes en la República Checa y en todas sus formas. Después de que el Ministerio de Sanidad anunciara su intención de prohibir totalmente los productos con CBD el pasado mes de abril, el gobierno checo dio un giro de 180 grados y decidió finalmente establecer normas claras para su control y venta.
Los primeros cambios llegaron con una enmienda aprobada en julio relativa a productos psicoactivos sintéticos como el HHC y el THC delta-8, que se elaboran a partir del CBD derivado del cáñamo. Esta legislación restringía la venta de estos productos a mayores de 18 años bajo la supervisión de un vendedor, y prohibía la venta en máquinas expendedoras y toda publicidad.
Otras normas específicas de la medida propuesta se refieren al CBD y al kratom:
- Se restringe la venta a tiendas especializadas y los minoristas deben registrarse ante el Gobierno y pagar un impuesto de unos 5.000 euros
- Los productos deben someterse a un control de calidad.
- Los productos deben someterse a pruebas de laboratorio y obtener certificados que indiquen la concentración de sustancias activas
- Las tiendas que venden los productos deben exhibir carteles que indiquen que no se permite la entrada a consumidores menores de 18 años
- Los puntos de venta físicos y las tiendas en línea deben separar las sustancias de otros productos que ofrezcan
- Los envases deben indicar si los productos son «psicomoduladores» o «psicoactivos», y las sustancias deben identificarse por su nombre, subtipo y forma; también debe indicarse la dosis recomendada
- No se pueden distribuir regalos ni muestras
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La nueva normativa también introduciría varias prohibiciones como:
- Se prohibirá la venta a través de máquinas expendedoras
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- La publicidad del CBD estará prohibida
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- Las tiendas electrónicas tendrán que verificar la edad de sus clientes
- Las tiendas electrónicas tendrán prohibida la venta transfronteriza
- Estará terminantemente prohibido utilizar los datos personales de los clientes para fines distintos a la entrega de los bienes adquiridos
- La exportación sólo será posible bajo el sistema de permisos
