El gobierno ruandés abrirá en breve un gran centro de producción de cannabis medicinal de 134 hectáreas. La información, transmitida por el diario ruandés The New Times, procede de la Junta de Desarrollo de Ruanda (RDB). La noticia marca el lanzamiento oficial del cannabis medicinal, apenas unos meses después de legalizarlo oficialmente.
El recinto, cuya ubicación aún se desconoce, tendrá un tamaño ligeramente inferior al del principado de Mónaco. Esta gran superficie es una prueba de las ambiciones del gobierno ruandés.
Éste espera sacar provecho del «oro verde». El jefe de la RDB prevé 10 millones de dólares por una cosecha de una hectárea… mucho más que los 300.000 dólares por hectárea que aportan las flores, otra fuente de ingresos agrícolas.
Estas 134 hectáreas se abrirán pronto… pero aún no se ha concedido ninguna licencia de cultivo.
El gobierno seleccionará empresas con experiencia en la producción de cannabis para uso médico. Por el momento, cinco empresas están en conversaciones avanzadas», anunció un ejecutivo de RDB citado por el New Times.
Se desconocen sus identidades. Según el diario, los que han solicitado una licencia son tanto «consorcios»como «empresas locales».
Cannabis para exportar a Europa y América
Las empresas que se lleven el premio gordo tendrán que hacer grandes inversiones en seguridad. La legalización del cannabis medicinal prevé un sistema digno de la reserva de oro estadounidense de Fort Knox. Requerirá una «valla de doble capa«, un guardia de seguridad«24 horas al día, 7 días a la semana», «videovigilancia», uun «sistema de detección de intrusos» y una sala de control.
El cannabis producido en Ruanda sólo se exportará a otros lugares. ¿Los países objetivo? Estados Unidos y sus 37 estados que han legalizado el cannabis medicinal, Canadá y Europa, con algunos países que han autorizado su uso como Alemania o el Reino Unido.
Ruanda también quiere competir con sus vecinos del sur de África, como Lesoto, Botsuana, Uganda o Zimbabue. Estos países son muy activos en el cultivo legal de cannabis. Las poblaciones locales, por su parte, cultivan la planta desde hace cientos de años, con excepcionales variedades ancestrales.
