Cannabis en Minnesota

¿Se puede penalizar el agua de pipa? Minnesota lleva tiempo diciendo que sí

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¿Podemos criminalizar el agua de cachimba? Durante más de una década, Minnesota ha respondido a esa pregunta con un rotundo sí. En 2009, una sentencia del Tribunal Supremo del estado determinó que el líquido que quedaba en un bong usado se consideraba una «mezcla de drogas», una decisión que convirtió los residuos en un delito potencial de primer grado.

De curiosidad judicial a chiste nacional

La polémica comenzó con una decisión de 4-3 del Tribunal Supremo de Minnesota en 2009. La opinión mayoritaria sostenía que el agua de una cachimba era una mezcla de drogas porque contenía trazas de una sustancia controlada. Por tanto, los fiscales podían pesar todo el líquido, no sólo los residuos.

Como señaló el periodista Ben Adlin en Marijuana Moment, la sentencia significaba que «cuatro onzas de agua de cachimba utilizadas para consumir metanfetamina… podrían considerarse un delito grave de primer grado, castigado con hasta 30 años de cárcel y una multa de un millón de dólares».

La decisión se basó en parte en el testimonio de un policía estatal que afirmó que los consumidores a veces guardaban agua de cachimba para «usarla en el futuro… ya fuera para beberla o para inyectársela en las venas.»» La declaración, ampliamente ridiculizada, contribuyó a hacer de Minnesota «el hazmerreír de la nación», escribió el Minnesota Reformer.

A pesar del ridículo, la ley se mantuvo en los libros durante más de una década, permitiendo a los fiscales amenazar con castigos desproporcionados en algunos casos, aunque las condenas siguieron siendo raras.

Defensa y oportunidades perdidas

Los esfuerzos para anular la sentencia comenzaron casi de inmediato. En 2010, los legisladores aprobaron un proyecto de ley bipartidista para excluir el agua de cachimba del cálculo del peso de la droga, pero el entonces gobernador Tim Pawlenty lo vetó, alegando su deseo de mantener una postura dura contra la delincuencia.

La cuestión estuvo latente durante años, resurgiendo periódicamente a través de demandas individuales. Un ejemplo reciente es el caso de Jessica Beske, una mujer de Fargo demandada después de que las autoridades descubrieran 227 gramos de agua en su cachimba. Según el Star Tribune, fue acusada de posesión de drogas en primer grado, cuando la mayor parte de las pruebas eran, literalmente, agua.

Grupos como la ACLU de Minnesota presionaron a los legisladores para que tomaran medidas.

«El agua pesa», dijo la abogada Alicia Granse al Senado estatal. «Los fiscales pudieron tratar el agua como droga pura porque estaba en una cachimba»

Ella comparó esta lógica con acusar a alguien de posesión basándose en el peso total de una botella de cerveza que contiene colillas de cigarrillos.

Qué cambia la nueva ley

A partir de mayo de 2025, después de años de críticas y desafíos legales, Minnesota finalmente ha puesto fin a esta práctica.

El gobernador Tim Walz firmó un proyecto de ley de justicia y seguridad pública que, entre otras reformas, aclara que «una mezcla no incluye el líquido utilizado en una pipa de agua ni ninguna cantidad de sustancia controlada disuelta en el líquido de la pipa». En otras palabras, el agua de cachimba ya no es motivo de acusación por delito de drogas, un cambio que además se aplica con carácter retroactivo, anulando casos anteriores.

Minnesota, por su parte, ha promulgado la legalización del cannabis en 2023, dando a las tribus la posibilidad de abrir dispensarios incluso antes de que comience la concesión de licencias en todo el estado.

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