El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha anunciado que una variedad de cáñamo modificada genéticamente, creada por investigadores de Wisconsin, «puede cultivarse y criarse de forma segura en Estados Unidos» y que es «improbable que presente un mayor riesgo de plagas vegetales en comparación con otras plantas de cultivo».
La variedad de cáñamo OMG, apodada «Badger G«, no produce ni THC ni CBD, pero está diseñada para tener mayores niveles de cannabigerol (CBG), el cannabinoide precursor de todos los demás cannabinoides del Cannabis.
Este es al menos el segundo tipo de cáñamo transgénico que recibe luz verde del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) del USDA, después de que otra variedad de cáñamo transgénico, que produce niveles más bajos de THC y CBD, fuese aprobada en octubre.
0 THC seguro para los agricultores
Según los creadores de Badger G, eliminar el THC ayudará a los agricultores a evitar que sus cultivos superen el límite federal del 0,3% de THC para el cáñamo industrial.
«Aproximadamente el 25% de la cosecha de cáñamo en los Estados Unidos se descarta debido a niveles de THC/THCA superiores al umbral del 0,3% establecido en la ley agrícola de 2018», dijeron los investigadores en su solicitud de aprobación de Badger G. «Nuestra nueva línea permitirá a los agricultores cumplir plenamente con estas regulaciones».
La nueva variedad también aumentaría los rendimientos de CBG, un cannabinoide que a menudo se considera que posee las cualidades acumulativas de los cannabinoides combinados.
Los estudios han demostrado que, tomado internamente, el CBG resulta prometedor como terapia para afecciones como el glaucoma, la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad de Huntington, y puede inhibir el crecimiento de tumores en algunos casos; se sabe que mata o ralentiza las bacterias y favorece el desarrollo óseo.
Como producto tópico, el CBG actúa sobre los receptores endocannabinoides CB1 y CB2, provocando respuestas antiinflamatorias, antibacterianas y antioxidantes que ayudan al sistema endocannabinoide a mantener la función saludable de la piel. De hecho, ha sido añadido a la Base de Datos de Ingredientes Cosméticos de la UE (Cosing) por la Comisión Europea en 2021, un reconocimiento de su perfil de seguridad en productos de salud y belleza.
Producción costosa de CBG
Descubierto por primera vez en la década de 1960, el CBG, que no es psicoactivo, no aparece en las listas internacionales de drogas y no se considera una sustancia controlada. El CBG también ha sido llamado «el Rolls-Royce de los cannabinoides» debido al alto coste de su producción.
La cantidad relativamente pequeña de CBG que se encuentra en las plantas de cannabis convencionales significa que se necesitan miles de kilos de biomasa para aislar incluso pequeñas cantidades del compuesto, razón por la cual los precios para el consumidor final han sido históricamente altos. Sin embargo, ciertas variedades de cáñamo producen CBG de forma natural y específica.
La diferencia entre crianza de variedades y empalme genético
Aunque ambas implican cambiar la genética de un organismo, la mejora genética y la modificación genética de una planta mediante técnicas como la edición genética o la ingeniería genética son diferentes.
La selección, llamada breeding en inglés, se basa únicamente en métodos naturales para producir las características deseadas, a través de la hibridación o la selección de fenotipos, por ejemplo, mientras que la modificación genética manipula directamente los genes de un organismo utilizando la biotecnología.
La selección de variedades simplemente aprovecha la diversidad genética natural presente en una especie vegetal. Los criadores eligen plantas madre con características específicas favorables y las polinizan cruzadamente a lo largo de varias generaciones. Al elegir sistemáticamente la descendencia con las características más deseables, los programas de mejora convencionales pueden concentrar gradualmente los genes útiles y eliminar los desfavorables. Sin embargo, este método se limita a la variación genética ya presente en el acervo genético de la especie.
La hibridación, por el contrario, permite combinar los rasgos fuertes de varias variedades en una sola, y también requiere la selección tradicional para retener a los individuos más sobresalientes.
La modificación genética, por su parte, permite a los fitomejoradores añadir, eliminar o modificar directamente genes específicos de organismos completamente diferentes, capacidades que van mucho más allá de lo que la reproducción selectiva puede conseguir mediante procesos naturales. Entre las técnicas habituales de modificación genética se encuentran la inserción de un gen bacteriano para conferir resistencia a los insectos, la eliminación de genes para desactivar determinadas vías o el uso de herramientas de edición de genes como CRISPR para modificar con precisión secuencias genómicas.
Este mayor poder también conlleva riesgos adicionales. A los detractores de los cultivos transgénicos les preocupan las posibles consecuencias no deseadas de modificar de forma impredecible los genes de un organismo. La combinación de genes de especies muy diferentes en formas que no ocurrirían de forma natural también plantea debates éticos. A algunos les preocupan los posibles efectos sobre la salud o el medio ambiente que tal vez aún no comprendamos.
Los partidarios de la ingeniería genética sostienen que los cultivos modificados genéticamente se someten a pruebas exhaustivas y que no hay pruebas de que las variedades aprobadas comercialmente sean perjudiciales. Argumentan que la ingeniería genética no es más que una extensión de las modificaciones genéticas que el ser humano ha venido realizando durante milenios a través de la cría, pero con mucha mayor precisión.
Sea cual sea la postura de cada uno, la llegada de herramientas de edición genética como CRISPR ha hecho que la modificación genética de las plantas sea mucho más fácil, rápida y barata que los antiguos métodos de ingeniería genética. Con los conocimientos y el equipo adecuados, ahora es posible desactivar, editar o intercambiar prácticamente cualquier secuencia genética entre organismos, incluida la introducción de genes animales o bacterianos en plantas con extrema precisión.
A medida que estas biotecnologías sean cada vez más accesibles, es probable que la modificación genética desempeñe un papel cada vez más importante en la agricultura, junto con los programas de mejora convencionales. Aunque todavía es necesario investigar más a fondo sus efectos a largo plazo, los OMG parecen destinados a convertirse en un método estándar para optimizar las características de los cultivos y desarrollar variedades de plantas que son difíciles o imposibles de obtener únicamente mediante la mejora genética.