En una entrevista sobre la reforma de la política antidroga, la comisaria nacional belga de Lucha contra la Droga, Ine Van Wymersch, dejó entrever que estaba a favor de adoptar el modelo portugués de despenalización de las drogas.
Portugal como ejemplo
Este enfoque tendría como objetivo sustituir las medidas punitivas por otras más curativas, tratando a los drogadictos como pacientes y no como delincuentes. La atención se centra a menudo en Portugal, que aplicó una revolucionaria política de despenalización de las drogas en 2001, lo que condujo a una reducción significativa del consumo de heroína, los índices de delincuencia, las infecciones por ITS (hepatitis y VIH) y las sobredosis mortales.
La coordinadora belga de drogas, Charlotte Colman
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La coordinadora belga en materia de drogas, Charlotte Colman, que preside la Unidad Interfederal para la Política General sobre Drogas, explicó que la despenalización de la posesión de drogas para uso personal en Portugal forma parte de un paquete de 13 estrategias.
«La posesión de 25 gramos de cannabis ya no es un delito sujeto a una respuesta penal, sino administrativa. El éxito del planteamiento portugués queda patente en la drástica reducción del número de consumidores de heroína, de los índices de delincuencia y de las sobredosis mortales en las dos últimas décadas.»
Colman señala una diferencia crucial entre Bélgica y Portugal: «En nuestro país, es un magistrado o un juez quien ofrece asistencia, mientras que en Portugal es una comisión multidisciplinar con vocación social la que lo hace».
La posible repercusión en los antecedentes penales de una persona en Bélgica plantea problemas, ya que reduce las posibilidades de vivienda y empleo estables para quienes tienen condenas relacionadas con las drogas.
Más allá de la despenalización
La despenalización de la posesión de drogas para uso personal en Bélgica podría reflejar los resultados positivos observados en Portugal, pero requiere un enfoque global. Colman cree que la despenalización en Portugal es sólo un aspecto de una estrategia más amplia, que incluye el refuerzo de la asistencia sanitaria, la investigación y la lucha contra el tráfico y el blanqueo de dinero. El énfasis puesto por Bélgica, en particular en la lucha contra la violencia relacionada con las drogas derivada del tráfico de cocaína, requiere un enfoque matizado.
Según la Sra. Colman: «Despenalizando aquí la posesión para uso personal, se puede mantener al individuo fuera de la política criminal, pero no se va a reducir el suministro de drogas a toda Europa a través del puerto de Amberes», subrayando la importancia de una estrategia polifacética para abordar las diferentes dimensiones del tráfico y el consumo ilegal de drogas.
Recientemente, el viceprimer ministro y ministro de Economía belga impulsó la legalización del cannabis.
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