En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente colombiano hizo hincapié en la necesidad de poner fin a la guerra contra las drogas y preservar el medio ambiente.
Gustavo Petro no dudó en culpar a los países del Norte por su papel en la destrucción del medio ambiente y la perpetuación de la guerra contra las drogas, síntoma de su codicia capitalista.
Acusó a los países del Norte de interesarse por su país «sólo para rociar venenos en nuestras selvas, para meter a nuestros hombres en la cárcel y a nuestras mujeres en la exclusión. No os interesa educar a nuestros hijos, sino matar la selva y extraer de sus entrañas carbón y petróleo. La esponja que absorbe el veneno [la selva] es inútil, prefieren arrojar más venenos a la atmósfera».
Durante su discurso, Petro señaló que la selva amazónica está siendo destruida por el uso de herbicidas como el glifosato, que se han utilizado para erradicar cultivos ilegales.
«Para destruir la planta de coca están lanzando masivamente venenos como el glifosato a los ríos y encarcelando a los campesinos. Asesinan a un millón de latinoamericanos por cultivar la hoja de coca y encarcelan a dos millones de afroamericanos», recordó.
La «selva amazónica arde mientras ustedes hacen la guerra y juegan con ella», subrayó Petro, señalando que los países desarrollados se aferran al uso del petróleo y el gas inventando «una guerra tras otra».
Tras señalar el fracaso de la política prohibicionista, pidió que se ponga fin a la guerra contra las drogas.
«La guerra contra las drogas lleva 40 años, si no corregimos el rumbo y continúa otros 40 años, Estados Unidos verá morir a 2.800.000 jóvenes por sobredosis de fentanilo, que no se produce en nuestra América Latina. Verán a millones de afroamericanos encarcelados en sus prisiones privadas».
«La guerra contra las drogas se ha usado como excusa para no tomar las medidas necesarias cuando se deberían tomar más acciones para salvar a la humanidad», reiteró el presidente colombiano, quien subrayó que «sin justicia no puede haber paz social».
«Exijo desde aquí, desde mi herida América Latina, el fin de la irracional guerra contra las drogas. Para reducir el consumo de drogas no necesitamos guerras, necesitamos que todos construyamos una sociedad mejor: una sociedad más solidaria, más afectuosa, donde la intensidad de la vida nos salve de dependencias y nuevas esclavitudes. ¿Quieres menos drogas? Piensa en menos beneficio y más amor. Piensa en el ejercicio racional del poder.