En todo el mundo, la regulación del cannabis está atravesando un periodo de transformación y cambios normativos significativos. Estados Unidos y Canadá, dos mercados maduros, han abierto el camino, pero la atención se dirige ahora a Europa.
A pesar de un entorno comercial fragmentado y fuertemente regulado, el continente está listo para abrirse a los mercados de cannabis para uso adulto, con enfoques únicos dependiendo de los diferentes países europeos.
El panorama europeo del cannabis legal
Según el último informe global de Prohibition Partners: 4th edition, el mercado de cannabis para uso adulto en EEUU alcanzó los 17.000 millones de dólares el año pasado y se espera que supere, con las ventas médicas, los 33.000 millones este año. En Canadá, las ventas de cannabis para uso adulto rondan los 6.000 millones de dólares. Sin embargo, la atención se está desplazando hacia Europa, donde los países están superando los obstáculos normativos con planteamientos innovadores.
En concreto, algunos países europeos están legalizando el cannabis de uso adulto bajo el pretexto de la investigación científica. Suiza, los Países Bajos y Alemania están a la vanguardia de este enfoque, empleando proyectos piloto para evaluar las consecuencias sociales, sanitarias y de protección de la juventud de las cadenas de suministro comerciales legales.
Dos modelos emergentes
La industria europea del cannabis evoluciona así gradualmente entre las mallas de dos modelos emergentes para la legalización del consumo adulto. El primero se basa en «organizaciones privadas sin ánimo de lucro», también conocidas como Clubes Sociales de Cannabis, cuyos miembros están registrados y se encargan de cultivar cannabis y distribuir la cosecha entre ellos. Malta y el siguiente pilar alemán ilustran este modelo, que también permite a los ciudadanos cultivar cannabis en casa. En este modelo, la industria tiene muy poca participación.
El segundo modelo implica «cadenas de suministro espacialmente limitadas y estrechamente controladas», como se ha probado en Suiza y los Países Bajos, y como propone Alemania en su segunda fase de regulación. Estas cadenas de suministro limitadas en el tiempo pretenden explorar formas eficientes y conformes a la ley de distribuir cannabis legalmente.
Suiza, pionera en los ensayos
Suiza ha alcanzado un hito con el pasaje a la vida real de sus ensayos piloto, marcando las «primeras cadenas de suministro de uso adulto totalmente conformes a la ley en Europa». En la actualidad, Suiza cuenta con cuatro ensayos activos, con una cifra estimada de 4.100 participantes, que aumentará a 10.000 en los próximos meses. Esta iniciativa convierte a Suiza en pionera en el establecimiento de un mercado legal para el consumo de adultos en Europa.
Los Países Bajos se unen al movimiento
Los Países Bajos, que desde hace tiempo defienden políticas progresistas en materia de drogas, anunciaron recientemente el establecimiento de un proyecto piloto de consumo para adultos. Los coffee shops de las regiones de Breda y Tilburg ya pueden abastecerse legalmente de cannabis de productores nacionales autorizados. Se trata de un cambio importante, ya que, por primera vez, una cadena de suministro desde la semilla hasta la venta que cumple todas las normas servirá a un mercado importante para el consumo de adultos en Europa.
Una dinámica europea
Alemania, con su proyecto de ley CanG, avanza hacia la legalización del consumo para adultos, aunque de forma modificada. La República Checa también avanza a pasos agigantados, planteándose el cultivo comercial de cannabis y la creación de Clubes Cannábicos para uso adulto. El Portugal ha anunciado la formación de un grupo de trabajo sobre la legalización del consumo para adultos, mientras que el Viceprimer Ministro belga aboga por un replanteamiento inspirado en los avances de los países vecinos.
Navegar por el panorama europeo del cannabis no está exento de dificultades. El cumplimiento de las normas establecidas por la Comisión Europea, como en Alemania, sigue siendo un obstáculo. Sin embargo, si se supera con éxito, el mercado europeo del cannabis para uso adulto podría convertirse en un gran negocio. Así que 2024 parece que será un año crucial, con modelos innovadores y proyectos piloto que marcarán el futuro, o no. Aunque todavía quedan muchos retos por delante, el impulso es innegable.