Investigadores españoles desarrollan una variedad de cáñamo sin THC con alto contenido en CBG

Una empresa valenciana, en colaboración con un equipo de investigadores agrónomos de la Universidad Politécnica de Valencia, ha desarrollado una variedad de cannabis sin THC pero con un alto nivel de CBG, un cannabinoide normalmente presente en la planta de forma residual pero que tendría virtudes medicinales. Este descubrimiento permitiría eludir la ilegalidad del cannabis basada en la presencia de THC y promover la investigación sobre el CBG.

La ciencia del CBG

El CBG es el precursor de todos los cannabinoides de la planta de cannabis; es la «célula madre del cannabis». A medida que el proceso biológico de la planta avanza, el CBG se transforma en THC, CBD y otros cannabinoides menos conocidos. Por tanto, cuando la planta está madura, sólo quedan restos de CBG (<1%).

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El reto del equipo de investigadores dirigido por Salvador Soler, con la financiación de Hemp Trading, era desarrollar una variedad que «bloqueara ciertos pasos en la vía de biosíntesis de los cannabinoides, evitando así la formación de THC y aumentando la acumulación de CBG».

Este no es el primer estudio que Salvador Soler y su equipo realizan sobre la estructura genética del cannabis. Al no poder trabajar directamente con la planta de cannabis, primero trabajaron con el ADN del cannabis de las semillas (que no contienen THC). Interesada en estos estudios, Hemp Trading encargó otro estudio para examinar la posibilidad de desarrollar variedades sin THC. Esta vez, la Universidad obtuvo un permiso de la Agencia Española del Medicamento para trabajar con la planta. Así nació esta nueva variedad.

«Gracias a este avance, estamos obteniendo plantas completamente legales con niveles de CBG superiores al 15%, mientras que el nivel habitual es del 0,1% al 0,5%», explica Ernesto Llosá, director general de Hemp Trading. Además, en comparación con las plantas de cáñamo utilizadas para la producción de CBD, éste no tiene residuos de THC.

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¿Para qué sirve?

Algunos estudios sugieren que el CBG puede tener propiedades terapéuticas similares a las del CBD. «Muchos estudios académicos han demostrado que el CBG tiene propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas, antirreumáticas y paliativas», afirma Salvador Soler en unas declaraciones recogidas por El Mundo. A pesar de los prometedores resultados preliminares, la investigación sobre el CBG está estancada.

La razón: la producción de CBG sigue siendo problemática porque requiere mucha materia prima vegetal debido al bajo contenido de CBG de las variedades de cannabis conocidas. Por eso, esta nueva variedad es una pequeña revolución: «Gracias a este desarrollo, el CBG se puede obtener de forma masiva, abriendo la puerta a la producción a gran escala de forma legal, con el objetivo de realizar pruebas para evaluar sus propiedades medicinales», explica Ernesto Llosá.

Hemp Trading nos informa de que ha solicitado el registro de la variedad en el catálogo europeo y que ha iniciado la producción comercial. El CBG extraído podría llegar a utilizarse en la industria farmacéutica, pero también en la industria del bienestar, como ocurre con el CBD. Gracias a la ausencia de THC en la planta, los productos derivados de esta variedad no estarán sujetos a la polémica del 0,2% de THC: el gobierno francés considera que los productos derivados de ella no deben contener ningún rastro de THC.

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Salvador Soler es cauto pero confiado. A la pregunta «¿podremos encontrar pronto CBG en las farmacias?», responde: «Creo que hay muchos intereses económicos y comerciales, pero aún queda mucho camino por recorrer. Habrá que probarlo en pacientes y para ello hay que obtener protocolos y licencias. Es algo que está regulado. Sin embargo, es posible que en poco tiempo, en unos tres o cinco años, se pueda transferir al sector farmacéutico.

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