El cannabidiol (CBD) es ampliamente conocido por sus beneficios terapéuticos en la salud humana y animal, pero investigaciones recientes han descubierto una nueva aplicación inesperada: su potencial como asesino de larvas de mosquito.
Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio realizaron un estudio para determinar si los extractos de cáñamo, en particular los que contienen CBD, podrían actuar como pesticida contra las larvas de mosquito. Este descubrimiento abre una nueva frontera para los productos a base de cáñamo como soluciones para el control de plagas.
La defensa natural del cáñamo: un potente insecticida
Se sabe que el cáñamo, una planta versátil y resistente, contiene más de 1.000 metabolitos secundarios, entre ellos terpenos, fenoles y fitocannabinoides. Estos compuestos desempeñan un papel importante en los mecanismos de autodefensa de la planta, repeliendo diversas plagas y amenazas medioambientales.
Entre ellas se encuentra el Aedes aegypti, conocido comúnmente como mosquito de la fiebre amarilla. Esta especie es famosa por propagar enfermedades peligrosas como el dengue, el chikungunya, la fiebre, el Zika y la fiebre amarilla, así como otros virus y parásitos. Con su capacidad para transmitir 54 virus y dos especies de parásitos, el control de esta especie de mosquito es crucial para la salud pública.
El estudio dirigido por Erick Martínez Rodríguez pretendía determinar si los extractos de hojas de cáñamo, en particular los que contienen CBD, podían matar las larvas de mosquito.
«Es muy importante poder combatir estos parásitos en una fase temprana, cuando son más vulnerables», ha señalado el autor principal del estudio, Erick Martínez Rodríguez.
Resultados del estudio: el CBD mata las larvas de mosquito
El equipo de la Universidad Estatal de Ohio realizó pruebas con las larvas de dos cepas de mosquitos Aedes aegypti, una resistente a los insecticidas y otra susceptible. Alimentaron a ambas cepas con estos extractos de hojas de cáñamo y comprobaron que las larvas morían en dos días.
Significativamente, el cannabidiol (CBD) fue identificado como el principal compuesto responsable de la muerte de las larvas.
«Si se compara la cantidad de extracto de cáñamo necesaria para matar al 50% de la población con otros insecticidas sintéticos convencionales, es alta, pero si se compara con otros extractos naturales que hemos probado en nuestro laboratorio, sólo se necesita una cantidad relativamente pequeña para producir altos valores de mortalidad en las larvas», dijo Martínez Rodríguez.
Aunque el CBD acabó provocando una mortalidad del 100% en las larvas, las distintas concentraciones de extracto de cáñamo causaron diferentes tasas de mortalidad en las horas previas a este momento.
El equipo de investigación subrayó la importancia de su descubrimiento, afirmando: «Nuestros resultados relativos a la toxicidad del CBD para los mosquitos se alinean bien con investigaciones previas que sugieren que el CBD tiene propiedades tóxicas, repelentes y/o inhibidoras del crecimiento contra otros insectos».
Este descubrimiento convierte al CBD en un plaguicida natural potencial y ofrece un nuevo método para controlar las poblaciones de mosquitos, especialmente las resistentes a los insecticidas tradicionales.
El potencial económico y medioambiental de los insecticidas a base de cáñamo
Más allá de las implicaciones científicas de esta investigación, también hay importantes consideraciones económicas y ambientales. Los cultivadores de cáñamo han tenido que hacer frente a un mercado saturado de productos CBD, lo que ha provocado una importante caída de los precios. El desarrollo de insecticidas a base de cáñamo podría proporcionar a los agricultores una fuente adicional de ingresos, ayudándoles a aprovechar mejor sus cultivos.
Como explican los investigadores, «futuros estudios también deberían evaluar la viabilidad económica del uso de hojas de cáñamo como fuente de insecticidas».
Además, no se pueden ignorar los beneficios medioambientales del uso de insecticidas naturales como los productos a base de cáñamo. Los insecticidas tradicionales suelen tener efectos secundarios nocivos, como la destrucción involuntaria de especies no objetivo y la posible contaminación del medio ambiente. Con extractos de hojas de cáñamo, es posible desarrollar una alternativa más respetuosa con el medio ambiente que podría reducir la dependencia de los insecticidas químicos.
Aunque el estudio presenta resultados prometedores, también plantea cuestiones importantes para futuras investigaciones. Los investigadores subrayaron la necesidad de realizar más estudios para evaluar los impactos no objetivo y ambientales del uso de extractos de cáñamo con fines insecticidas. Será esencial comprender cómo pueden afectar estos extractos a otras especies y ecosistemas antes de poder desarrollar productos comerciales.
Otra consideración clave es la extensibilidad de los insecticidas a base de cáñamo. Los estudios futuros tendrán que evaluar si la producción de insecticidas a partir de hojas de cáñamo es económicamente viable a gran escala. Si los extractos de hojas de cáñamo demuestran ser una solución rentable, podrían revolucionar el control de plagas y beneficiar a los cultivadores de cáñamo.