La Confederación Helvética va a exigir a los fabricantes de aceite de CBD que añadan un «desnaturalizante a una concentración adecuada» para «disuadir de la ingestión oral abusiva». Dicho claramente: tendrán que hacer que sus aceites sean prácticamente no aptos para el consumo. Los productos que ya están en el mercado podrán permanecer en él seis meses más. Pasada esa fecha, dejarán de ser vendibles.
Esta decisión ya aparece en la Lettre fédérale, el equivalente al Journal officiel en Francia, prueba de su seriedad. Queda una gran incógnita: ¿los «desnaturalizantes» harán que el aceite sea imposible de consumir, o simplemente le darán mal sabor?
Hasta ahora, estos productos estaban clasificados como «productos químicos» según la normativa suiza. No como «producto alimenticio». Las autoridades sanitarias han descubierto ahora la verdad. Si estos aceites se clasifican junto al jabón y el detergente, ¿por qué hay una pipeta?
«Suiza no va a prohibir directamente estos productos, pero va a hacer imposible su consumo», analiza para Newsweed Simon Anderfurhen, investigador independiente suizo especializado en regulación de medicamentos. En su opinión, el Gobierno federal «autorizará el consumo de aceite de CBD en un contexto terapéutico, medicinal».
Los aceites suizos demasiado dosificados
Una consecuencia lógica para este especialista ginebrino: «Esto es el resultado de una campaña de marketing de la industria del CBD, que ha presentado alegaciones terapéuticas para sus productos.» Ahora las autoridades quieren retomar el control, y hacer pasar el cannabidiol por un medicamento, de venta en farmacias. Y cuando se dice farmacia, se dice estrictos controles de calidad.
Sobre todo porque los últimos meses no han sido amables con la industria del CBD. Un estudio realizado en febrero por la asociación de químicos cantonales suizos demostró que la mayoría de los aceites estaban demasiado dosificados. Los científicos advirtieron de un «lamentable hallazgo». Apuntaron a las empresas que «no respetan en absoluto el autocontrol al que están obligadas».
En consecuencia, la prohibición parcial del aceite de CBD parece una sanción por parte de las autoridades sanitarias. «Si quieres ser una industria, tienes que comportarte como tal», confiesa un jefe suizo que desea permanecer en el anonimato. «El autocontrol es una bonita utopía, pero por desgracia nunca es suficiente. Cuando no es el regulador el que nos pone obstáculos, es la propia industria».
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