Ya es oficial: prohibido fumar cannabis en las calles del Barrio Rojo de Ámsterdam

El jueves 25 de mayo comenzó una nueva era en el Barrio Rojo de Ámsterdam, con la entrada en vigor oficial de la prohibición de fumar cannabis en la calle.

La prohibición forma parte de un esfuerzo de toda la ciudad, encabezado por la alcaldesa Femke Halsema, para hacer que el famoso distrito sea más acogedor para sus residentes y trabajadores.

Se han colocado carteles en el barrio de De Wallen, bordeado por canales y conocido por sus burdeles y coffeeshops, que atraen a millones de turistas cada año pero son una molestia para los residentes. Se calcula que entre el 10 y el 15% de la industria turística de Ámsterdam se concentra en el Barrio Rojo.

Los infractores de la nueva ley se enfrentarán a una multa de 100 euros (unos 110 dólares).

La ley fue propuesta a principios de año por el Ayuntamiento de Ámsterdam.

«Los residentes del casco antiguo sufren mucho por el turismo de masas y el abuso de alcohol y drogas en las calles. Los turistas también atraen a vendedores ambulantes que, a su vez, provocan delincuencia e inseguridad. El ambiente puede volverse siniestro, sobre todo por la noche. La gente bajo los efectos del alcohol merodea por las calles durante largos periodos. Los residentes no duermen bien, y la zona se vuelve peligrosa e invivible», declaró entonces el ayuntamiento en un comunicado de prensa.

«La prohibición de fumar en la calle debería reducir las molestias. También estamos estudiando la posibilidad de prohibir la compra de drogas blandas a determinadas horas. Si las molestias no disminuyen lo suficiente, estudiaremos la posibilidad de prohibir fumar en las terrazas de los cafés», añadió el ayuntamiento.

El Ayuntamiento dio su aprobación definitiva a la propuesta a principios de este mes.

Por el momento, la gente «podrá seguir fumando en el interior y en las terrazas de los coffeeshops que venden cannabis y hachís en el distrito y en otras partes de la ciudad».

La prohibición de fumar cannabis forma parte de los esfuerzos de Femke Halsema, la primera alcaldesa de Ámsterdam, por mejorar las condiciones del Barrio Rojo.