¿Qué es el Cannabis Ruderalis?

Probablemente ya conozcas las diferencias entre las variedades de cannabis indica y sativa. ¿Pero has oído hablar alguna vez del Cannabis Ruderalis?

Según Jorge Cervantes, cultivador profesional y autor de numerosos libros sobre el cultivo de cannabis, «los botánicos no se ponen de acuerdo sobre si el Cannabis Ruderalis es una especie separada o una subespecie» de cannabis. En cualquier caso, aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre esta especie de cannabis algo menos conocida.

Orígenes del Cannabis Ruderalis

El término Ruderalis procede de la palabra «ruderal», que describe cualquier especie de planta a la que le gusta crecer en escombros, terrenos baldíos o al borde de la actividad humana.

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El Cannabis Ruderalis es originalmente una variedad salvaje de cannabis procedente de Rusia. Es posible que se haya originado a partir de vástagos de cáñamo que crecieron al margen de los cultivos industriales y se adaptaron al entorno extremo del clima.

Fue clasificada por primera vez como tal en 1924, por el botánico ruso D.E. Janischevsky. Observó, entre otras cosas, que esta especie de cannabis era diferente de las variedades tradicionales de cáñamo que crecían en Asia o Europa.

Las plantas eran más pequeñas y no tan embriagadoras. El Cannabis Ruderalis rara vez supera los 60 cm de altura. Las flores de la Ruderalis suelen ser pequeñas pero llenas, mientras que la planta produce hojas grandes de color verde claro.

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Características especiales del Cannabis Ruderalis

Lo que realmente diferencia al Cannabis Ruderalis es su ciclo de floración, que se desencadena por su nivel de madurez y no por el fotoperiodo, como hacen las índicas y las sativas.

Los híbridos Ruderalis modernos comienzan a florecer a los 20-30 días de la germinación, independientemente del ciclo de luz. Por esta razón, los híbridos Ruderalis suelen considerarse variedades de cannabis autoflorecientes.

Los efectos del Cannabis Ruderalis se ven minimizados por su bajo contenido natural de THC. Sin embargo, su estabilidad y su corto ciclo de vida la hacen muy atractiva para los criadores que pueden aprovechar sus cualidades autoflorecientes. Sus genes permiten a los cultivadores crear híbridos de cannabis autoflorecientes con niveles normales de THC y el perfil de aroma de su pareja genética.

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