Tras sus primeros 100 días como Presidente, Moetai Brotherson anunció esta semana que el plan para legalizar el CBD en la Polinesia estaba listo.
El proyecto de ley, conocido como artículo LP3, establece un marco innovador para el uso y la importación de cáñamo. El artículo LP3 autoriza a la población polinesia a «transportar, importar, exportar, poseer, ofrecer, transferir, adquirir, procesar y utilizar productos que contengan semillas de cáñamo o se deriven de ellas». Estos productos deben estar «desprovistos de propiedades estupefacientes», es decir, su contenido de THC debe ser actualmente inferior al 0,3%.
Sin embargo, en los climas tropicales de la Polinesia, las plantas de Cannabis producen una explosión de fitocannabinoides, lo que dificulta a la industria local mantener el umbral del 0,3% de THC fijado por las normas francesas. El Sindicato del Cáñamo de Polinesia, dirigido por su presidente, Philippe Cathelain, ha abogado por que este umbral se eleve al 1%, teniendo en cuenta las condiciones locales. Esta recomendación se deriva de una misión de investigación de la Asamblea Nacional francesa, que insistió en la necesidad de tolerancia en los territorios de ultramar, como ya es el caso de la Isla de la Reunión.
Esta nueva legislación tiene tres componentes clave. Además de la legalización del CBD, el Ministerio de Agricultura ha elaborado un segundo texto sobre el cultivo y la transformación del cáñamo. Pero la parte más esperada es la tercera, que se refiere al cannabis medicinal. Además de las propiedades antiestrés del CBD, los profesionales de la salud están especialmente interesados en el potencial analgésico del THC.
Philippe Dupire, farmacéutico del Centro Hospitalario de Polinesia Francesa, dijo a TNTV que el THC podría ser muy valioso para tratar dolores intratables y enfermedades neurológicas como la epilepsia. Sin embargo, el texto especifica que los productos que contienen cáñamo o cannabinoides sólo pueden hacer alegaciones terapéuticas si obtienen autorización como medicamentos. En la actualidad, sólo tres medicamentos a base de cannabis están disponibles en la Francia continental, y esta nueva legislación permitirá importarlos a la Polinesia.
La legislación prevé excepciones para determinados medicamentos, permitiendo su uso «con carácter excepcional» cuando «la aplicación del tratamiento pueda resultar beneficiosa para el paciente» y «la eficacia y seguridad de estos medicamentos se presuman firmemente a la luz de los conocimientos científicos actuales». El Consejo de Ministros polinesio elaborará una lista de estos medicamentos excepcionales, entre los que probablemente figurarán los extractos y las flores de cannabis.
El proyecto de ley completo debería hacerse público «en los próximos días».
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