El Parlamento australiano se prepara para votar a finales de este mes una propuesta para legalizar el cannabis llevada por el partido local de Los Verdes.
Un marco nacional para regular el cannabis
La legislación, patrocinada por el senador David Shoebridge, pretende legalizar el cannabis para consumo de adultos, creando un sistema estructurado bajo la Australian National Cannabis Agency (CANA). Esta agencia regularía el cultivo, supervisaría las actividades comerciales y mantendría un registro nacional de variedades de cannabis. Además, el proyecto de ley pretende permitir el cultivo doméstico para uso personal y la preparación casera de comestibles, al tiempo que allana el camino a los Cannabis Cafés, que promueven un entorno social y controlado para el consumo.
Los Verdes subrayaron la importancia de evitar los monopolios corporativos en el mercado emergente. Su informe subraya la necesidad de evitar el dominio de industrias como las grandes compañías de alcohol, tabaco y farmacéuticas, y aboga, en cambio, por que las empresas y los emprendedores locales tomen la iniciativa.
Implicaciones económicas y sociales
Uno de los principales argumentos a favor del proyecto de ley es la proyección de su impacto económico. La Oficina Parlamentaria de Presupuestos estima que la legalización propuesta podría generar entre 28.200 y 36.800 millones de dólares en ingresos fiscales durante la próxima década, dependiendo del tipo impositivo (15 o 25%). Los Verdes creen que estos ingresos no sólo apoyarían los servicios públicos, sino que también desviarían fondos de la delincuencia organizada, apoyarían a las empresas legítimas y mejorarían las normas de seguridad en la industria del cannabis.
Además de los beneficios económicos, los partidarios de la legalización creen que refleja una tendencia mundial de alejamiento de la criminalización.
«El mundo se está alejando rápidamente del perjudicial enfoque penal y policial del cannabis», afirman los Verdes, que advierten de que Australia corre el riesgo de quedarse rezagada respecto a otros países que están impulsando la reforma.
Oposición y preocupaciones sanitarias
A pesar del optimismo de sus partidarios, el proyecto de ley se enfrenta a importantes desafíos en el Parlamento. La Comisión de Asuntos Jurídicos y Constitucionales del Senado, dirigida por el senador del Partido Liberal Paul Scarr, ha recomendado rechazar la propuesta. Los opositores señalan posibles riesgos, como el aumento del consumo y problemas de salud pública.
Un informe del senador Scarr expresa su preocupación por el previsible aumento del consumo de cannabis si se crea un mercado legal. Encuestas recientes sugieren que más de un millón de australianos podrían probar el cannabis con la legalización, lo que suscita preocupación por las posibles consecuencias para la salud, en particular para grupos vulnerables como los jóvenes que sufren trastornos emocionales.
«El hecho de que el porcentaje de australianos que indican que probarían el cannabis si se introdujera un mercado legal haya aumentado significativamente en los últimos 14 años exige una urgente consideración política», señala el informe, que indica que la concienciación pública sobre los riesgos para la salud sigue siendo limitada.
A nivel federal, el cannabis sigue siendo ilegal en Australia, con la excepción de un programa de cannabis medicinal. Algunas provincias, como el Territorio de la Capital Australiana ya han permitido la posesión de pequeñas cantidades de drogas ilegales basándose en medidas de despenalización.
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