El consumo de cannabis no se asocia a un mayor riesgo de infarto, según un estudio

El consumo de cannabis no se asocia a un mayor riesgo de infarto en adultos de mediana edad, según datos publicados en el American Journal of Cardiology. El estudio descubrió que, en comparación con los no consumidores de cannabis, los que consumían cannabis mensualmente en el último año no presentaban un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

Estos datos se ajustaron en función de posibles factores de confusión como el IMC, el consumo de alcohol y tabaco y la actividad física.

Las personas que consumieron cannabis mensualmente durante los últimos diez años tampoco presentaron un mayor riesgo de infarto.

Además, los investigadores identificaron un mayor riesgo de infarto entre los antiguos consumidores que habían dejado de consumir cannabis recientemente. Los investigadores calificaron este último resultado de «inesperado».

El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de California en San Diego. Examinaron la relación entre el consumo de cannabis y el infarto de miocardio (IM) diagnosticado por un médico -más comúnmente conocido como ataque al corazón- en un grupo representativo a nivel nacional de aproximadamente 10.000 personas de mediana edad (entre 35 y 59 años).

«En una muestra representativa de adultos estadounidenses de mediana edad, los antecedentes de consumo mensual de cannabis durante más de un año antes de un infarto de miocardio no se asociaron a un posterior IM diagnosticado por un médico, tras controlar los factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, si se tiene en cuenta el consumo reciente, el riesgo es tres veces mayor si no se notificó consumo en el mes anterior. La duración del consumo mensual previo al IM, incluido el consumo durante más de 10 años, tampoco mostró asociación alguna», concluyeron los autores.

«Las pruebas de efectos adversos sobre la salud cardiovascular son contradictorias y están limitadas por la capacidad de cuantificar con precisión el consumo, en particular el método de consumo, la dosis y la potencia. Dado el creciente acceso a los productos del cannabis en los EE.UU. y en todo el mundo, se necesitan más investigaciones, en particular estudios longitudinales y experimentales.»

Los investigadores llevan tiempo interesados en la relación entre cannabinoides y la función cardiovascular. Este interés se deriva del hecho de que el cannabis puede aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Por ello, la comunidad médica se ha mostrado preocupada por una posible correlación entre los infartos de miocardio y el consumo de cannabis.

Sin embargo, no se han encontrado datos consistentes que demuestren que esto represente un peligro, por lo que la nueva investigación de San Diego es música para los oídos de los consumidores de cannabis. Una revisión bibliográfica de 2021 de 67 estudios publicada en el American Journal of Medicine descubrió que «la marihuana en sí no parece estar asociada de forma independiente con un exceso de factores de riesgo cardiovascular».

Sin embargo, a los autores les preocupa que pueda estar asociada a otros comportamientos poco saludables, como el consumo de alcohol y el tabaquismo, que pueden ser perjudiciales para la salud cardiovascular.

Como informa Johns Hopkins Medicine, el consumo excesivo de alcohol puede provocar hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca o ictus. El consumo excesivo de alcohol también puede contribuir a la cardiomiopatía, una enfermedad que afecta al músculo cardíaco. Sin embargo, los estudios también han demostrado una relación entre el consumo moderado de alcohol y un menor riesgo de morir por enfermedad cardiaca, lo que demuestra que es necesario aclarar los datos sobre el alcohol y la salud cardiovascular.

La relación entre el consumo de cigarrillos y las enfermedades cardiacas es bastante segura, lo que sugiere que si los consumidores de cannabis quieren dar un paso hacia una mejor salud cardiaca, lo primero que deben hacer es dejar de fumar cigarrillos.